Torre
Tlatelolco obra del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, antigua sede de la SRE, que
fue donada por el gobierno a la UNAM, hoy Centro Cultural Universitario
Tlatelolco.
Con la salida de la Colección Blaisten del Centro
Cultural Universitario Tlatelolco finalmente quien pierde es el público. Como
sabemos el convenio de cinco años entre esta importante colección privada y la universidad
concluyó y no se llegó a un acuerdo para renovarlo.
La presencia de la Colección Blaisten en un espacio
de la UNAM marcaba un referente, una relación provechosa entre instituciones
públicas y un ente cultural privado al ofrecer su acervo permanentemente.
Salas especiales de la Torre Tlatelolco del CCUT donde estuvo presente la Colección Blaisten de octubre 2007 a 2012.
Algunos critican que entre las 8000 obras que
integran la colección no hay tantos artistas conocidos u obras maestras del
arte. Si indagamos en el catálogo de la web Blaisten encontramos que si los hay,
en el CCUT solo se exhibían alrededor de 150 obras además de las exposiciones
temporales.
La importancia de Colección Blaisten destaca en su
cantidad y calidad, por algo es considerada la más completa colección de arte
mexicano del mundo, al integrarse principalmente por obras del periodo conocido
como arte moderno mexicano entre 1900 y 1960, tiempo en que en México estaba en
auge el movimiento del muralismo donde en general no se daba mayor importancia
a la pintura de caballete y en el mayor de los casos esos artistas no fueron
promovidos por los entes privados y públicos a diferencia de los muralistas.
La Colección Blaisten al resguardar y conservar arte
moderno mexicano tiene también una relevancia como acervo testimonial, histórico
y académico, porque permite a los expertos tener un panorama preciso de la evolución del arte mexicano del siglo
XX, a los académicos e investigadores representa una fuente de consulta,
mientras que al público en general nos permite apreciar en las temáticas
plasmadas, imágenes testimoniales de toda una época de nuestra historia.
Con la salida de la Colección Blaisten, la UNAM
pierde obras de arte de personajes que en muchos casos fueron sus estudiantes
en la primera mitad del siglo XX, varios de ellos formados en la antigua
Academia de San Carlos hoy insignia de la ENAP. Pierden sus universitarios de
hoy inmersos en las artes visuales al perder un espacio de consulta, referencia
y apreciación estética.
Salas de la exposición permanente de la Colección Blaisten en el CCUT.
Perdemos quienes solo en espacios como estos
podemos apreciar obras que de otra manera solo podemos admirar en contados
museos gubernamentales o galerías de arte. De ahí que quizás el fin de la Colección
Blaisten en la UNAM era dar a conocer, fomentar y educar sobre nuestro arte
mexicano, lo propio y no como en muchos casos ahora se estila el promover lo
extranjero como lo mejor del arte.
Quizás lo más pertinente para la Colección Blaisten
es contar con un espacio propio, para ello podría recurrir a la fórmula que en
su origen se hiciera para el Museo Tamayo, o encontrar otro modelo más práctico
como lo podría ser la construcción o adecuación de un edificio financiado enteramente
con recursos federales y del gobierno del DF el cual sea prestado a la colección
en un comodato o concesión de 100 años y en donde el nuevo museo mediante el
modelo de Fundación se autofinancie anualmente para su administración y operación con donaciones privadas, eventos
y colectas. Un espacio para un nuevo museo sin duda podría encontrar cabida en
el Bosque de Chapultepec o en la rehabilitación de alguna casona del Centro Histórico,
zonas de gran afluencia de la ciudadanía y visitantes nacionales y extranjeros,
ya que hoy el CCUT de la UNAM está lejos de la gente.
Salas de la exposición
permanente de la Colección Blaisten en el CCUT.
Fotografías y
textos: @eescamillaa
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